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La chica de las gafas de pasta y el blog que no quería serlo

El Tribunal Supremo haciendo de las suyas

A medio camino entre la sorpresa y la estupefacción leí la pasada semana este artículo de El País que relataba la absolución de una curandera que, en primera instancia, había sido condenada por estafar a una familia de un enfermo de cáncer terminal.

Me pidieron un artículo de opinión para el taller de digital y acepté la acertadísima sugerencia (gracias :*) de escribir sobre el tema. Está escrito demasiado rápido, así que como siempre os pido que no seáis crueles con las críticas, sólo constructivos.

 Y UN PÁJARO

A juicio del Tribunal Supremo, “se considera que no existe estafa cuando el sujeto pasivo acude a médium, magos, poseedores de poderes ocultos, echadoras de cartas o de buenaventura o falsos adivinos, cuyas actividades no puedan considerarse como generadoras de un engaño socialmente admisible que origine o sean la base para una respuesta penal.

En estos casos se considera que el engaño es tan burdo e inadmisible que resulta inidóneo para erigirse en el fundamento de un delito de estafa".


Así pues, según los magistrados, el ciudadano medio español está suficientemente preparado para no dejarse engañar por curanderos, magos y demás personajes, pero parece también que ninguno de los miembros del Tribunal Supremo ha vivido en su familia una enfermedad terminal como la que vivieron los denunciantes. Tras oír hablar de los supuestos poderes de la curandera, que fue declarada culpable en primera instancia, los familiares acudieron a su “consulta”. Tras ver una fotografía del enfermo, les pidió 18.000 euros y un pájaro, al que iba a sacar los órganos que tenía el enfermo con metástasis. Para poder entregar la cantidad los hijos solicitaron un préstamo que aún hoy están pagando, y cuando la situación familiar se complicó, ya que una de las hijas cayó enferma, la curandera aseguró que “le había pasado la enfermedad del padre”.
La Justicia es ciega, dicen, pero la aplican personas, con sus fobias y sus filias. Es cierto que casi todos sabemos que el cáncer no se cura con magias o encantamientos, pero también debemos reconocer que, ante una situación tan desesperante, es humano recurrir a cualquier solución posible.
El problema, a mi juicio, radica en la concomitancia entre la moral, la ética y la justicia. Nuria Montero Gallardo, la supuesta curandera, estafó a los familiares de un enfermo terminal de cáncer y la Justicia parece culparles a ellos por confiar en todos los medios a su alcance, fueran o no los más correctos. Quienes aplican la Justicia son hombres y mujeres, y desde luego que no son infalibles. Sin embargo, a veces parece que se les olvida que también son seres humanos como los demás.

5 comentarios

Hoplita -

No me ha pasado nunca, pero cuando ves a tu padre morir; cuando la ciencia te da un portazo y cuelga el cartel de “No molestar, cerrado por incapacidad”; cuando la muerte no acaba de llegar y no cesa de acechar; cuando el consuelo es inexistente y la realidad abrumadoramente real… supongo que me arriesgaria a ser tonto, como Tu dices.

La necesidad de creer en algo intangible es desproporcionada en el caso de que todo lo demás sea esquivo, y no creo que el problema sea de tener pocas luces, como Tu dices.

Nos han dado (no nos damos, como tu dices) unas leyes, una pocas veces acordes con la realidad, unas cuantas injustas, y en su totalidad asepticas. Estas leyes se basan en una jurisprudencia (ya que sin comisión del delito anterior a la denominación de delito no puede haber delito ni tipificacion), así que no intentan prevenir la comisión del delito, sino que lo legislan y lo castigan, en algunos casos con más acierto que en otros.

Me gustaría seguir dandote argumentos, pero llegada la hora de entrar en materia en el hecho de que consideres mayor la estafa de vender un piso inexistente a una esperanza acuciante en la que entra en juego la vida y la muerte de una persona y de su entorno se me quitan las ganas.

No creo que los milagros no son cosa de dios (con o sin mayúscula), al igual que la moral y la etica no son cosa del derecho, por lo visto. Aunque bueno, House tendría mucho que decir sobre esto… como dices Tu

Alberto -

Pues yo todavía no tengo una licenciatura en Derecho, pero todo se andará. Y de corazón... el justo.
La Ley no puede prever que una persona pueda tener tan pocas luces. Nos damos unas leyes que intentan prevenir la comisión del delito y, en todo caso, lo castigan. Pero claro, la ley es general, no puede contemplar casos extremos como éste, en el que alguien cree que un tercero tiene poderes sobrenaturales. Un ejemplo exagerado sería éste:
art 149.2 CP será castigado con pena de 2 a 3 años el hacerse pasar por Dios, con afán de engañar. ¿Un poco absurdo, no?
Hace poco salió una sentencia sobre un caso de estafa:un sujeto que "vendió" unos pisos a varios compradores. Unos pisos que nunca existieron. Ahí está claro el afán de lucrarse mediante engaño. Pero en el engaño no puede entrar la magia, los milagros... la fe. Demándale por la vía civil por "incumplimiento de contrato". Pero si das un dinero para que se obren milagros, es porque crees en esa persona- aparte de que seas tonto-. Si luego te falla... es tu problema. Los milagros son cosa de Dios. Y son gratis. Bueno, en esto algo tendría que decir House, pero... en fin.

Hoplita -

Yo no conozco a Alberto, pero lo que dice, como lo que dicen todos los abogados, es tecnicamente propio y humanamente ajeno.

"Nada de lo humano me es ajeno" dijo alguien en alguna ocasion... esta claro que el individuo tenia corazon y no una licenciatura en derecho.

Se que es plagiar a los Simpsons, pero ¿os imaginais un mundo sin abogados?

Gafasdepasta -

Gracias por las aclaraciones, Alberto. El Derecho no es lo mío, desde luego, y sabes que no tengo ni idea de la mayoría de cosas que cuentas.
Por otro lado, yo no hablo de no respetar la decisión, creo, en ningún momento. Simplemente me pregunto si a los jueces, a veces, se les olvida el mundo en el que viven.
Si el problema radica en que había que ir por una vía u otra, no tengo nada que decir.
Y a DeJuana déjalo quieto, que nos conocemos...

Alberto -

¿Pero no habíamos quedado en que había que respetar las resoluciones judiciales- caso De Juana-? Los jueces no son infalibles, desde luego,si no, no estaría tipificado el delito de prevaricación.

Resulta tentador dejarse llevar por la actitud miserable de esa "curandera", pero si una conducta no encaja en un tipo penal no es delito. No hay delito sin tipo, ya que éste es la descripción de la conducta prohibida por el derecho penal. Y no existe la analogía, esto es, que no puede tipificarse como delito una conducta que es parecida a la prevista como delito, sino que tiene que ser la misma conducta.
La sentencia parece indicar que resulta errónea la vía judicial elegida, que sí hubiera podido prosperar por la vía civil. Además existe jurisprudencia que va en el mismo sentido.
Si siguiéramos el criterio de la crítica que se le hace a la STS llegaríamos al absurdo de que la gente demandaría por estafa a las gitanas del parque porque no se habría cumplido lo que les dijeron al leerles la mano.